FICCIONES DE UN MUNDO POSIBLE

FICCIONES  DE UN MUNDO POSIBLE

LA DICTADURA INVISIBLE (Capítulo 18 “Crónicas de Santo Cristo”)

 

La noche de marzo como un pulpo sediento, abrazaba el casco urbano de Santo Cristo, solo una calle de luna se abría desde el Lago Negro hasta la frontera del terraplén.

Violeta giró la llave y entró a la vieja casona de Pringles y Lavalle amparada por las sombras nocturnas de los eucaliptos. En su mano traía Anna Karenina de Tolstoi.

Martín escuchó su respiración agitada y se quedó esperando sin emitir una palabra. Primero un chasquido en la cerradura, los pasos ingrávidos, una tenue e imperceptible brisa fresca y finalmente el cuerpo de Violeta se hizo presente en la sala living.

Violeta, al pasar por el recinto de entrada, un cuarto breve y lúgubre, extendió la mano y apoyó el libro en la biblioteca empotrada sobre la pared. Atravesó la penumbra caminando con sus piernas flacas y firmes hasta el living, una espaciosa habitación con una hermosa estufa hogar donde estaba el Cuervo. Entre esas sombras, extrañada y alegre, al ver a su amigo lo abrazó.

—Buenas noches compañera, estamos con Iván compartiendo una ginebra y pensando la revolución. Dijo animado Martín sonriendo suavemente, abrigador y cómplice.

—Veo que la patrulla otra vez no ha podido atraparte. Gritó Iván desde la cocina mientras abría otra botella.

Martín arrimó una silla y otro vaso. Una bruma nacía desde las baldosas húmedas del living, se gestaba como el vapor de una fauce infernal.  Violeta con un gesto indicó a Iván el terrible que llenara el vaso.

-Con mucho hielo y limón. Agregó.

Las miradas de Violeta e Iván se congelaron entre el fuego de la estufa hogar, quedaron así sorprendidas en un instante por siempre, como un fotograma del eterno retorno. Un gesto, un abrigo en el hielo de la eternidad.

Pero Iván, siempre era ese terrible Iván.

—Disculpe compañera si tengo olor a pedo, pero a la tarde pasé por la oficina de empleo y me atacó Festina Lagorbe. Y se rieron.

Violeta quedó atrapada entre la sonrisa, la niebla y el pedo imaginario de Festina Lagorbe, la oscura funcionaria del palacio municipal, famosa por sus gases intestinales.

Se sentaron frente al fuego, en silencio, alzaban levemente los vasos que adormecían los labios y animaban las lenguas.

—¿Por qué no hay historia de la dictadura en Santo Cristo? —Disparó Martín.

—¿De esta dictadura o de la otra? —Se sobresaltó Iván, dando un saltito en la silla.

—De ninguna de las dos —observó Violeta. - La historia en Santo Cristo es solo una linealidad de recuerdos cocidos por el poder, donde ellos deciden lo que ha sucedido. Ese poder mezquino, conservador, violento se esconde en las fachadas higiénicas de los apellidos y lazos de sangre que nos dominan.

—Claro, si acá no hubo funcionarios de la dictadura, acá no pasó nada. Expresó con ácida ironía Martín.

Y continuó:

- Lo reafirman políticamente el Intendente, los funcionarios, las instituciones educativas con sus mensajes subliminales como una propaganda de Coca Cola, Miranda, Honoroso padre y Sixto Vertetta y todas las sociedades vampiras que te sujetan los pensamientos desde que nacés en este pueblo de mierda. Señaló mientras toma un largo sorbo de ginebra.

—Los pibes en la escuela escuchan relatos de heroicos triunfos militares, de supuestos héroes que concretaron nuestra patria, de himnos sublimes, de veneno para las ideas.  Mentiras, mierda para su rutina, la patria es  de los otros, no la nuestra, nosotros somos basura. Se exaltó el terrible.

—Violeta querida, ser una mitómana profesional lleva tiempo de agusanamiento —dijo Martín riéndose.

—El otro día le dieron una placa honorífica a la directora de mi escuela primaria, Zulma Prieklein, una vieja nazi y violenta que se cansó de repetirme que era un inútil. ¡¡¡Le hicieron un homenaje!!! —recordó Iván a los gritos.

—Bueno querido Iván, por lo menos le puso ganas, estaba convencida de algo, de tu inutilidad para el sistema y no sufrió como nuestra amiga —Opinó irónico Martín mientras mordía un gajo de limón.

—Parece que la compañera Violeta es una docente de vocación —Lanzó Iván con una risotada.

- Brindo por el fin del adoctrinamiento y la sumisión, levantemos la copa de la derrota, de las revoluciones inútiles, del genocidio del pensamiento.

Violeta se enroscó en la silla mientras miraba las llamas encendidas.

- Debemos redimirnos, ir al rescate del pasado desde la conciencia de nuestro presente. Bucear en la dictadura y romper el cerco de silencio de sus cómplices. El virus y la muerte que nos arrasa puede abrir una brecha, puede partir el cerco. Martín explicó

—La educación es conservadora del poder de turno, por ahí no es el camino —Opinó Iván, escupiendo al fuego un carozo de aceituna.

-Los amos se quedaron con los respiradores, si nosotros caemos nos morimos sin pena ni gloria.

—El camino se construye compañero, de estos cerdos no podemos esperar más que nuestra sumisión y pobreza. Sin embargo puede ser que la pandemia modifique la situación de algún modo —improvisó Violeta.

Violeta tenía una voz suave, aterciopelada, dulce, que acompañaba con los gestos firmes de sus manos sobrevolando como palomas. Sus ideales la rescataban de la cotidianeidad de un pueblo que le amargaba la sangre día a día.

El cielo raso de machimbre mohoso emanaba un olor putrefacto. Los ventanales enrejados dejaban ver en diagonal, sobre los pastos del baldío lindero, una calle polvorienta bañada por un trémulo rocío.

—¿Entonces, estimada amiga, vos pensás que ser maestra es ser ese dios que les rebela la verdad, para que se la traguen, para que se lustren las diferencias? ¿Una extensión de la ley divina, de la voz de los intendentes como este monstruo de turno? —preguntó Martín.

—Es peor, es ser un instrumento de las razones del poder. Una cómplice. Un objeto de esas mierdas. Dijo señalando hacia el reloj del palacio municipal desenroscándose de la silla una Violeta que se enardecía al pensar en tipos como el Intendente o Vertetta líder de la oposición. Ambos cómplices de la dictadura permanente.

Martín la auscultó desde la mecedora mientras Iván servía una y otra vez la transparente ginebra.

—¿Te sentís una cómplice? Yo diría que podrías ser una espía, de las buenas.

—Me olvidaba, la vieja Zulma llorando en el micrófono le agradeció a Vertetta por el apoyo en esos tiempos difíciles donde se chuparon dos maestras, las metieron en un Falcon a la madrugada y desde la comisaría siguieron a la desaparición en el pozo de Banfield.  Ese viejo inmundo le dio un subsidio, después en democracia, que se afanaron a medias. Y Miranda aplaudía con la peluquera al lado cuando lo subían a Vertetta al escenario en sillita de oro los alcahuetes de Esmerado y Panza —continuó Iván siempre casi a los gritos.

Violeta tomó el vaso de ginebra, lo levantó lo más alto que podía y gritó: ¡¡Viva la revolución entonces!! La imposible, la de los imbéciles, la que ya hemos perdido.

—¡¡Viva!! —gritaron eufóricos Iván y Martín con una alegría insensata, desbordada, estúpida, fugaz y extrema.

Todo se acepta porque lo demás no vale la pena, eso enseño en las aulas del horror, y los pibes obedientes y temerosos aprenden sus límites, sus coordenadas —gritaba borracha Violeta.

El alcohol  barnizaba la noche, pintaba las miserias de esperanzas y las cobardías heredadas de posibles arengas a un destino.

Violeta se sentó, los miró, observó la esperanza sospechosa y preguntó:

—Saben cuál es mi duda ¿Qué es lo que me lleva a poner tanto énfasis en la mentira?,

—Lo que te sucede, amiga querida, es el agusanamiento. Pero te vas a salvar, con la muerte. Gritó nuevamente Iván y estallaron en carcajadas.

Violeta piensa en las palabras de eficaz sometimiento repetidas en cada acto educativo, en cada festejo municipal. En el timbre que suena y rompe la tensa inmovilidad del aula, en la doble hoja de la dirección donde surge la nívea y gigante humanidad de la directora con un retrato del intendente sobre el escritorio que los observa. Se piensa en el pasillo que da salida al establecimiento, abriendo la puerta y saliendo, suspirando, retorciéndose. Sonriendo. Y siente un asco inmensurable en sus tripas revueltas

Retorna a la noche, ahora impregnada en un dulce humo, en los porros encendidos, en risas, en pensamientos. Violeta sonríe, ahora de verdad, mirando a un Iván locuaz y eléctrico, a un Martín que escucha agazapado desde sus sombras de cuervo. Y siente en si misma, la libertad.

Santo Cristo los había aplastado, eran jóvenes pero llenos de gusanos devorándolos. Un pueblo que se parece a todos esos pueblos de la conquista, en creerse distintos y ser iguales.

Iván pensó en Mondon corriéndolos con un curabichera por la calle San Martín. Entonces lanzó una larga carcajada al imaginarse vomitando a sus gusanos como un perro putrefacto sobre la acera y a los obedientes vecinos desesperados, lanzándose al suelo para masticarlos y devorarlos.

La dictadura aún está ahí, en nosotros, invisible, eficaz, pretendiéndose absoluta en nuestras pesadillas, como un hilo que une la historia de los vencidos.

 

Glosario

-El Intendente. Septagenario dirigente radical ultra liberal.Hijo y nieto de intendentes radicales de gobiernos democráticos y de facto.

-“Momo” Mondon. Docente. Anarquista. Lider y creador de la Logia Mondon.

- Iván “El Terrible” Bermudez. Desocupado.Anarquista. Miembro de la Logia Mondon. Fanático del realismo Ruso y del Trashmetal.

-Violeta Céspedes. Docente. Dirigente Gremial. Poeta. Soñadora.

-Sixto Vertetta. Líder Panperonista. Eterno candidato a la intendencia a la que dice querer volver pero a la que nunca accedió. Máximo referente del movimiento Adolfoalsinense “Juntos por el General”. Casado con Amanda Dulce con quién tiene seis hijos miembros del Clan Vertetta.

N.M.A.C



PRELUDIO DE UNA EPIFANÍA

PRELUDIO DE UNA EPIFANÍA

Esa ira que todo lo atraviesa, llega al fin hasta mí, hasta esto que soy. Promete romper con todo, hasta con mi conciencia.

Un día me sucedió la muerte, con toda la potencia del suceso, me sucedió a mí y su cruda silueta todo lo destruyó. Hasta mí mascara se rompió en mil pedazos.

Ese día vi mis cadenas,  las tripas revueltas frente a un gran espejo que me devolvía la ansiedad de un animal hambriento, un omnívoro ansioso, que se refleja en la tristeza de sus ojos.

La tristeza, sensación confusa, a veces transformada en angustia. La tristeza: levedad en el vacío, preludio de la espera.

La angustia, dolor en el vacío, preludio de la desesperación

Las tripas revueltas frente al gran espejo, temblando de miedo. El temblor, reacción frente al mundo desnudo.

El esfuerzo de mi memoria por rescatar el pasado y darle existencia es a menudo titánica. La memoria es frágil, errática, incapaz de acceder a la totalidad del recuerdo, incapaz al fin y al cabo de rescatarnos del olvido.

Mi memoria: preludio de la nada.

 Reniego del abandono en el tiempo. Reniego del mundo. ¿Quién me rescatará del olvido? Nadie.


Cada vez que el sol cae y tiñe de amargura la luz de mis ojos intento razonar, despejar dudas para recostar mi cuerpo, un cuerpo previsible que se arrastra sobre la tierra. Nada me convence,  todo recrea el hambre de cenizas.

Suelo levantar la cabeza, despejar la mirada y sentir la extrema ansiedad de derribar los muros y buscar una luz. Una luz que devele el manto de las cosas.  En el fondo no hay luz, solo el lodo que ahoga y deglute mis palabras.

Mis contradicciones me mantienen vivo.


N.M.A.C.



ESPERAS


Cuando te sientas sola
acércate a una ventana
 y observa con tranquilidad

quienes viajan de prisa 
suelen estrellarse en cualquier asfalto
quienes suelen gritarte
 lo hacen para escapar


cuando te sientas sola
en medio de una multitud
siéntate ahí nomas
a observar como pasan los cretinos
podridos de ansiedad


respira hondo y sigue
a pesar del frío insondable
y de esta tempestad

que nunca para


detén tus pasos
enfrenta el vendaval
desde ese  pozo oscuro
 con  tu corazón tatuado
en las inclemencias del devenir

siempre hay un niño que te espera
sentado
que pases por ahí

cuando la muerte te arrase
 y se lleve algunos pedazos
 cuando las carcajadas estallen
 en tus ojos excavados

no quedará mas remedio
que encontrarnos

en este río asqueado de orillas.

N.M.A.C.

DIALÉCTICA DEL AMO Y EL ESCLAVO

Desde el origen de la historia alguien sometió a su deseo
el deseo del otro

así nació el esclavo
así nació el amo

en uno primó el deseo,
 en el otro el miedo.
así nació quién somete y quién es sometido

hasta aquí parece una cuestión de elección
 adivina que has elegido
junto a la educación y la costumbre

todo comienza con una elección.
podría acabarse con otra tan fuerte
 como la primera

¿es posible no temerle a la muerte?
¿por qué das esa entrega?


N.M.A.C.

NOCHE

Siento que estoy en un sueño
un sueño horrible

a veces cuando despierto junto a mì

están quienes surgen de mis escombros
debajo del derrumbe
y con paciencia reconstruyen
lo que obstinado y ciego
 cada noche quiero destruir


noche intensa, voraz, febril
de pupilas dilatadas y gargantas secas
y la muerte que nunca
quiere estar sola

es solo un ensayo apresurado
este sueño arrepentido.

N.M.A.C.


URGENCIA


Todo es urgente menos el furioso paso  del tiempo
las aguas quietas
el letargo frugal
aves que pasan como instantes casi detenidos

todo tan pueril
como esas manos que se alzan al cielo
sucias y encendidas.

N.M.A.C.








VIAJES


Se va
como la vida
un vehículo la transporta a otro lugar
y uno queda con sus pañuelos y su muerte

solitario y final
siempre final

Y cuando regrese ya no seré el que he sido
ni su rosto reflejara la misma sonrisa

el tiempo es un asesino
que cuenta con una inesperada aliada

la espera

la ansiedad da la batalla junto a la angustia
y  uno se revuelca en el viento
sucio de transitoriedad
deslucido y acabado
siempre acabado

los pasos transitan la avenida de fugacidades
de edificios centenarios a medio derrumbar
de luces que iluminan las grietas 
en donde ha gastado sus bromas el reloj

los pasos son una ilusión
una frustración temible
los pasos son la lejanía

miro a mi alrededor
siento que se están muriendo

algunos corren tras las drogas y el alcohol
desesperados  por la lucidez que los acecha

siento que me voy muriendo
no sé si de a poco
me voy muriendo nada más

desde el primer día que la conocí supe que iba a morirse
supe que la soledad bailaría con alguno
la soledad profunda
la que está desnuda
feroz y violenta

supe que uno no estaría
cuando el otro aún de algunos pasos
por este mundo incomprensible

que cada día es más veloz
mas fugaz
mas pretérito

cada día siento que no hay treguas
que no hay quiebres ni celadas
para acorralar el espanto

cada día que pasa gravita la desesperación y la angustia
cada día es otro día

una esquirla más
un destello hacia la negrura absoluta
al olvido
y la nada

Ella se va
se está yendo siempre que la miro

ojalá algún día llegue

adonde yo nunca he ido.

N.M.A.C.



YO TE QUIERO CONTAR UN CUENTO

Yo te quiero contar un cuento
 en voz baja
para que tu cabeza en la almohada repose
y el susurro te inunde 
la seguridad de ese oasis

un muchacho y una muchacha se estrellan contra una pared
la pared dice cosas
y las cosas tienen nombres

son hijos de nadie por ahora
pero dicen que son (los que todos lo dicen)
hijos de una gran loba

inocentes e ingenuos (mejor así, ellos piensan)
hasta que los huesos no hablen
seguirán
en la cima del poder
amando a la gran loba

y ejércitos de pies en ronda acechan su castillo
entonces matan palomas los gendarmes
de la tinta ensangrentada

la tortura no es divina
pero vaya que sirvió a la gran loba

los dos corderos a la hoguera
para que la loba no muera
tributo a un dios injusto
el dios padre de la gran loba

leguleyos
cagatintas
exploran el lenguaje
 y las tablas del dios

para argumentar derechos
de la lanza
clavada en aquellos pechos
que amamantaron tristezas
y heridas 
de noches en vela

la señora está seca
con su jardín de riquezas
con sus jarrones chinos
sus libaciones secretas
y esos hijos transformados
en crías de la gran loba

las dentelladas en la carne
y aún siguen 
los pies en ronda
baleadas por las sombras 
que abrazan la memoria

y no la largan
y no la sueltan en esta marejada

y la ronda hace camino
y esos hijos 
en sus sueños de adultos
lloran las cruces de su infierno



señora no me rece rosarios 
de espanto
nuestro infierno le derretirá
 su traje de lagarto

hijos de nadie
objetos de alguien
una entraña los ha parido
entre sombras y asesinos.



N.M.A.C.

AQUÍ

Pequeña fronteriza recepción del mundo
del tibio crujir de las hojas de otoño
del simple huir hacia algún reposo

puede haber has dicho, una formula ligera
de edulcorar el sin sabor de mi boca
de encumbrarme a las estrellas
a su luz cegadora imposible, lejana
también al fin pequeña y fronteriza
como mi mano ensimismada
en tus cabellos nacientes sobrevolando el viento
enredados en los deseos gratuitos
de mis labios 
y quien sabe si el espanto es fortuito
y mi paso no se asemeje
a siglos y mundos pequeños.
N.M.A.C.

CRETINO

Seguro van a hacerte una excepción para la muerte 
seguro van a temerte otros miserables como yo 


seguro estarán esperando a que te mueras 
más de uno 
como yo 

no me invitaste a tu fiesta
fuiste discreto con tus comensales
suelo reírme demasiado
de tu anatomía 

de ese destino de  gusano 

culparme por no creerte
no es culpa de nadie
menos mía 

que te escupo el plato repleto de papeles
que no ahondan en otro mar
que el de tu resentimiento de criatura

y que puedo hacer yo 
acaso pegarte un tiro
ser piadoso
condenarme a esos hombres
que detesto


un cáncer o dos

en  silencio
un buen día
te va a comer las tripas

es una tortura
toda risa 
retorciéndote en abstracciones 
va llegando la noche maldita 
 
con risas de perros

y niños muertos
y tus piernas temblando 
orinando dolores
perforándote el sexo


recuerdo 
que te odio

como odia el amor a su incesto

agazapados
rencorosos
transpirados y malolientes
estamos esperándote
en los subsuelos.

N.M.A.C.